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Viajar sola: 13 destinos épicos y seguros para mujeres

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Sobre Tanzania Sobre Tanzania

El número de mujeres que viajan solas está en aumento. Según la consultora Future Partners, en 2025 alrededor del 40 % de las viajeras planea realizar un viaje en solitario, un 8 % más que el año anterior. Los expertos prevén que esta tendencia seguirá creciendo a medida que más mujeres busquen independencia, aventura y desarrollo personal. Para ayudar en la elección, el equipo de Altezza Travel ha preparado una lista de destinos épicos para mujeres que viajan solas por el mundo.

Al elaborar esta lista, dejamos fuera países muy conocidos como Francia, España, el Reino Unido, los Emiratos Árabes Unidos y Japón, ya que aparecen en casi todos los folletos de viaje. Las calificaciones de seguridad se basaron en datos del Índice Global de Paz (utilizado por la ONU, el Banco Mundial y organismos gubernamentales) y en los rankings de los países más cómodos para mujeres que viajan solas.

1. Uruguay – el destino más seguro de Sudamérica

Este pequeño país, de un tamaño similar al de Inglaterra, suele quedar a la sombra de sus grandes vecinos, Brasil y Argentina. El documentalista estadounidense Anthony Bourdain dijo una vez a National Geographic que Uruguay está infravalorado fuera de América Latina. Sin embargo, todos los argentinos “saben lo increíble que es, porque llenan el país durante la temporada”.

El casco histórico de Montevideo, la capital uruguaya, cautiva a los visitantes con sus plazas adoquinadas, elegantes iglesias y mansiones art déco cuyas fachadas desgastadas aportan encanto a la ciudad. Situados junto a la costa atlántica, los barrios de Pocitos, Buceo y Malvín ofrecen un ambiente tranquilo, ideal para quienes viajan solas.

En 2015, la UNESCO nombró a Montevideo una de sus Ciudades Creativas por su valioso patrimonio cultural, refiriéndose a ella como la “Atenas del Río de la Plata”. Otra joya uruguaya, Colonia del Sacramento, también figura en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Fundada por los portugueses en 1680, es célebre por su arquitectura colonial perfectamente conservada.

Uruguay es conocido por su mentalidad progresista y abierta, y a menudo se le llama la “Suiza de Sudamérica” por su sólida tradición democrática. Ocupa el puesto 48 en el Índice Global de Paz y figura entre los 20 países más seguros para las mujeres, según Global Citizen Solutions.

  • Qué no perderse: el Mercado del Puerto en Montevideo, paseos a caballo con gauchos por las pampas y bodegas locales que rivalizan con los vinos chilenos y argentinos.
  • Curiosidad cultural: en Montevideo, el mate —la infusión elaborada con hojas de yerba mate— es aún más popular que el café.
  • Dato curioso: José Mujica, conocido por la BBC como “el presidente más pobre del mundo” por vivir en una granja y reducir su sueldo a mil dólares al mes, dijo una vez: “Quien necesita demasiado, nunca está satisfecho”. Y, de algún modo, eso define bien a Uruguay: aquí, hace falta muy poco para sentirse feliz.

2. Jordania – maravillas antiguas y hospitalidad cálida

Jordania tiene tantas capas culturales que incluso sus lugares más conocidos siempre ofrecen algo nuevo. Un buen ejemplo es el desierto de Wadi Rum, escenario de rodaje de Star Wars. Puedes visitarlo para admirar sus paisajes casi marcianos o para conocer a los beduinos, cuyo sentido de la hospitalidad y la amabilidad con los visitantes sigue siendo parte esencial de su vida.

Jordania es también uno de los países más seguros de Oriente Medio. Según la ONU, registra solo 0,6 delitos graves por cada 100.000 habitantes, una tasa comparable a la de Suiza, Noruega o el Reino Unido. Numbeo la clasifica igualmente como una nación con bajo nivel de criminalidad, lo que la convierte en uno de los mejores destinos para mujeres que viajan solas.

  • Ruta clásica: recorre la ciudad excavada en la roca de Petra, los arrecifes de coral del golfo de Aqaba y la antigua Carretera del Rey (siglo IV a. C.). Por ella pasaron legiones romanas y más tarde peregrinos camino de La Meca, y hoy conecta muchos de los principales atractivos del país.
  • Qué no perderse: bucear en Aqaba, pasar una noche en un campamento beduino en Wadi Rum y visitar el Palacio Omeya.
  • Curiosidad cultural: la reina Rania, descrita por Vogue como un icono de elegancia y estilo, suele aparecer en público sin cubrirse la cabeza. Aunque las viajeras no están obligadas a seguir su ejemplo, se recomienda vestir con modestia.
  • Extra cultural: la capital, Ammán, puede parecer discreta a primera vista, con sus barrios uniformes de color arena. Para descubrir el Ammán moderno, dirígete al barrio de Jabal Amman: encontrarás librerías independientes, tiendas de recuerdos y cafés con aire retro frecuentados por la gente creativa de la ciudad. Según Tatler, incluso el rey Abdalá II y la reina Rania cenan de vez en cuando en alguno de sus restaurantes.

3. Estonia – segura, moderna y llena de encanto medieval

Más de la mitad del territorio de Estonia está cubierto de bosques, mientras que su capital, Tallin, concentra una tercera parte de la población del país. El resto vive en pequeñas ciudades, pueblos y granjas dispersas entre los bosques. Aun así, sería un error pensar en Estonia como una simple provincia rural europea.

Tartu, Capital Europea de la Cultura 2024, cuenta con una universidad fundada en el siglo XVII que ha formado a muchas mentes brillantes, entre ellas el premio Nobel de Química Wilhelm Ostwald y el escritor y lexicógrafo Vladímir Dal. Tallin, por su parte, fue una próspera ciudad de la . Hoy, su centro histórico, repleto de edificios medievales bien conservados, se considera uno de los más bellos del norte de Europa.

El casco antiguo de Tallin aparece en todas las guías, pero hay mucho que ver más allá de sus murallas medievales. Un buen ejemplo es el Parque Nacional de Soomaa, a orillas del río Pärnu. En marzo y abril, el río se desborda, inunda los caminos y convierte la zona en un paraíso para recorrer en canoa. Los locales llaman a este periodo la “quinta estación”.

La ciudad costera de Pärnu cobra vida a finales de la primavera y en verano. Se abre un paseo marítimo y los bares de playa ofrecen tanto ambiente que Lonely Planet la ha llamado la “Ibiza del norte”. Estonia ocupa además el puesto 24 en el Índice Global de Paz, por delante de España, el Reino Unido, Noruega, Italia, Suecia y muchos otros países.

  • Ruta clásica: el casco antiguo de Tallin, la Universidad de Tartu y el Parque Nacional de Soomaa.
  • Qué no perderse: los museos de arte y el barrio bohemio de Kalamaja en Tallin, el castillo de Narva a orillas del río del mismo nombre, los molinos y granjas de la isla de Saaremaa y el leil, la sauna tradicional estonia.
  • Costumbre local: como en otros países del norte de Europa, en Estonia existe el “derecho de todo hombre”, que permite caminar, acampar y recolectar recursos naturales prácticamente en cualquier lugar, incluso en terrenos privados.

4. Uzbekistán – el tesoro oculto de Asia Central

Hasta hace pocos años, Uzbekistán era uno de los destinos más complicados para los turistas. En el país más grande de Asia Central, cambiar divisas al tipo oficial era un problema, estaba prohibido hacer fotos en el metro de Taskent y los viajeros debían registrarse en los hoteles para poder comprar billetes de tren.

Hoy, Uzbekistán se está abriendo con rapidez y se ha convertido en un destino ideal para quienes viajan solas de forma responsable. Los ciudadanos de 75 países, incluidos los de la Unión Europea, pueden visitarlo sin visado durante hasta 30 días. Marcas internacionales están llegando al país y artistas de fama mundial ofrecen conciertos en la capital. Además, es un destino bastante seguro: según el ranking Travel Safe, que analiza fuentes públicas y estadísticas policiales, Uzbekistán ocupa el puesto 40 (mientras que Francia está en el 64).

Uzbekistán es una tierra de contrastes. En Taskent, los modernos incubadores tecnológicos y los cafés alternativos conviven con el casco antiguo tradicional. En el valle de Ferganá, los agricultores cultivan arroz para el plov mientras las fábricas ensamblan coches Chevrolet. Al sur de Samarcanda, los aldeanos de ojos claros se consideran descendientes de los guerreros de Alejandro Magno.

  • Ruta clásica: la plaza del Registán y la arquitectura colonial rusa en Samarcanda, la ciudad-museo de Jiva, los edificios modernistas soviéticos de Taskent y el casco antiguo de Bujará.
  • Qué no perderse: el Museo Savitsky en Nukus, las antiguas fortalezas y las “Torres del Silencio” cerca del mar de Aral, y la torre Shújov en Bujará.
  • Extra cultural: los uzbekos son muy amables, aunque nada insistentes. En los barrios históricos, no es raro que un extranjero sea invitado a tomar té o incluso a entrar en una casa, una forma de cortesía local comparable a una charla casual en Occidente. Rechazar la invitación con educación, incluso más de una vez, nunca se considera un gesto descortés.

5. Nueva Zelanda – la aventura definitiva para viajeras independientes

Nueva Zelanda está formada por dos islas principales, la Isla Norte y la Isla Sur, además de unas 600 islas menores. La Isla Norte, donde se encuentran la capital, Wellington, y la mayor ciudad del país, Auckland, es conocida por sus atractivos culturales, sus volcanes y sus verdes praderas alpinas. La Isla Sur destaca por las cumbres de los , sus fiordos espectaculares y sus playas de gran belleza.

El nombre maorí de Nueva Zelanda, Aotearoa, significa “la tierra de la gran nube blanca”. Los visitantes pueden conocer las tradiciones y rituales del pueblo maorí en el lago Taupo, el sagrado bosque de Waipoua o el Museo de Nueva Zelanda Te Papa Tongarewa, en Wellington.

Con una infraestructura turística muy desarrollada, una tasa de criminalidad bajísima y una extensa red de rutas de senderismo, Nueva Zelanda es perfecta para viajar de forma independiente. La organización Global Citizen Solutions, que elabora rankings sobre los mejores países para vivir, la considera un destino ideal para mujeres que viajan solas.

  • Ruta clásica: la Sky Tower y el museo de arte de Auckland, rutas de senderismo cerca del faro de Castlepoint, al noreste de Wellington, y la reserva natural del bosque de Waipoua, donde crece Tāne Mahuta, un árbol de unos 2.000 años.
  • Qué no perderse: observar las estrellas en la región de Mackenzie, practicar kayak en Fiordland y visitar el Parque Nacional Rakiura, donde puede oírse al ave kiwi, símbolo nacional del país.
  • Costumbres locales: Nueva Zelanda es bilingüe y la mayoría de las señales y carteles de carretera están también en maorí. La red vial está bien desarrollada, pero fuera de Auckland y Wellington las carreteras se reducen a dos carriles y serpentean por el paisaje, lo que a menudo impide usar el control de velocidad.
  • Extra cultural: las zonas de los volcanes Tongariro y Ruapehu, el río Waikato y la ciudad de Queenstown, en la Isla Sur, son lugares de peregrinación para los fans de El Señor de los Anillos. Aunque no se tenga interés por las películas, estos paisajes resultan igualmente impresionantes.

6. Kenia – aventuras de safari y cultura vibrante

Kenia se asocia desde hace mucho con los safaris, pero el país ofrece mucho más que sus parques nacionales. La animada Nairobi cuenta con una rica vida cultural, mientras que Mombasa y Diani combinan playas de arena con la cultura suajili, moldeada por influencias africanas, árabes y europeas. En el interior, abundan las opciones para el senderismo y la escalada: las laderas boscosas del monte Kenia, la segunda cumbre más alta de África después del Kilimanjaro, ofrecen rutas tanto para principiantes como para montañeros experimentados.

Para los estándares africanos, Kenia es un país próspero, con buena infraestructura, una amplia oferta de hoteles y albergues, y un uso generalizado del inglés. El ranking Travel Safe clasifica a Kenia como relativamente segura para los viajeros. Para disfrutar del viaje sin contratiempos, se recomienda usar taxis oficiales en las ciudades, evitar caminar de noche y mantener el dinero y los objetos de valor fuera de la vista.

  • Ruta clásica: la Reserva de Maasai Mara, el Parque Nacional de Amboseli y el monte Kenia.
  • Qué no perderse: el lago Turkana, la ciudad de Lamu con su arquitectura tradicional y el fuerte portugués de Mombasa.
  • Extra cultural: en Kenia, como en Tanzania, es común escuchar la expresión popularizada por Timón y Pumba en El Rey León: “hakuna matata”, que significa “sin preocupaciones”.

7. Bután – templos antiguos y naturaleza impresionante

Este pequeño reino, situado entre India y China, es un destino muy seguro para mujeres que viajan solas. Por ley, los turistas extranjeros deben ir acompañados de guías locales gestionados por agencias autorizadas. Además, Bután cobra una tasa de desarrollo sostenible de 100 dólares al día a los visitantes extranjeros, una medida destinada a proteger la naturaleza y la cultura del país, limitando el impacto del turismo masivo.

Bután recibe viajeros durante todo el año. En diciembre y enero, cientos de grullas de cuello negro pasan el invierno en el valle de Phobjikha. En primavera, las montañas se cubren de amapolas azules, uno de los símbolos nacionales del país. En verano se celebra la ruta Snowman Trek, de 348 kilómetros, famosa por sus fuertes desniveles, sus paisajes espectaculares y la oportunidad de conocer la vida de las comunidades de montaña.

El otoño es la temporada de festivales, que suele coincidir con el final de la cosecha: un momento perfecto para una aventura en solitario. National Geographic recomienda asistir a los festivales budistas de Thimphu Tshechu y Paro Tshechu, donde se puede presenciar el cham, una ceremonia llena de color con danzas enmascaradas.

  • Ruta clásica: el festival budista Paro Tsechu, el monasterio de Paro Taktsang colgado del acantilado y el monte Jomolhari, una cumbre de 7.000 metros considerada sagrada en el budismo tibetano.
  • Costumbre local: en 1972, el cuarto rey de Bután, Jigme Wangchuck, declaró que la felicidad del pueblo es más importante que el PIB. La constitución del reino refleja esta idea, estableciendo que la principal responsabilidad del gobierno es garantizar el bienestar de cada ciudadano. En 2022, el 48,1 % de los butaneses se declararon felices, el 45,5 % “algo felices” y solo el 6,4 % infelices.

8. Camboya – asequible, auténtica y sorprendentemente segura

La historia de Camboya abarca tanto el esplendor del antiguo imperio jemer, que construyó el icónico Angkor Wat, como la tragedia del régimen de los Jemeres Rojos, que dejó un legado de dictadura y terror. El país también sufrió tres décadas de guerras y conflictos en el siglo XX, cuyas huellas aún se sienten hoy. Sin embargo, Camboya atrae a viajeros de todo el mundo, no solo por Angkor, sino también por las playas de Sihanoukville, la isla de Koh Rong y las aldeas flotantes del lago Tonlé Sap. Los visitantes pueden disfrutar de una animada vida nocturna, explorar selvas tropicales, practicar esnórquel o buceo y sumergirse en la cultura local.

Condé Nast señala que Camboya representa el auténtico encanto del sudeste asiático. La viajera y bloguera Bea Maytiner, que ha recorrido sola decenas de países, describe a los camboyanos como sorprendentemente respetuosos, atentos y amables. Según ella, aunque Camboya tenga pocas cosas “perfectas”, ofrece una abundancia de experiencias genuinas y llenas de vida.

  • Ruta clásica: el complejo de templos de Angkor Wat, los espectáculos de circo en Siem Reap, el templo Ta Prohm y el Ballet Real de Camboya.
  • Qué no perderse: los delfines de agua dulce en los estuarios del río Irawadi y la calle Bassac en Phnom Penh.
  • Costumbre local: la moneda oficial de Camboya es el riel, pero debido a su valor inestable, el dólar estadounidense se utiliza ampliamente en las transacciones diarias y funciona como segunda moneda de facto.

9. Montenegro – una joya del Mediterráneo para viajar sola con tranquilidad

El ex primer ministro montenegrino Dritan Abazović la llamó con audacia “el país más hermoso del mundo”, y algo de razón tiene. En una nación tan pequeña que cabría dentro de los límites de Pekín, abundan los paisajes impresionantes: la capital, Podgorica, con su ambiente sereno; las localidades costeras de Budva y Ulcinj; las montañas del norte; y el lago Skadar, donde vuelan pelícanos rizados de gran tamaño.

Esta diversidad visual resulta sorprendentemente armoniosa. Incluso los elementos que parecen opuestos se combinan con naturalidad, como las tradiciones ortodoxas y el arte contemporáneo. En la catedral de la Resurrección de Cristo, en Podgorica, un fresco representa a Marx, Engels y al mariscal yugoslavo Josip Broz Tito ardiendo en las llamas del infierno.

El estilo de vida relajado de los montenegrinos es casi una seña de identidad cultural, visible en la costumbre local de beber café mezclado con rakia a lo largo del día. Montenegro es además un país bastante seguro: ocupa el puesto 34 en el Índice Global de Paz, por delante de Suecia, Corea del Sur, Grecia y Estados Unidos.

  • Ruta clásica: el monasterio de Ostrog, las playas y el paseo marítimo de Budva y la capital cultural, Cetinje.
  • Qué no perderse: la bahía de Kotor, el arco de hormigón del puente Đurđevića Tara sobre el río Tara y el kayak en el lago Skadar.
  • Curiosidad local: en Montenegro se celebran campeonatos de pereza, en los que los participantes deben permanecer tumbados. Solo se les permite usar el teléfono móvil y levantarse brevemente para ir al baño.

10. Fiyi – islas acogedoras y playas seguras

Situado en el Pacífico Sur, Fiyi es un archipiélago formado por más de 330 islas repartidas en 14 provincias. Cada isla conserva sus propias tradiciones, su gastronomía, sus dialectos y creencias únicas.

Fiyi combina naturaleza virgen, infinitas playas de arena blanca y una hospitalidad genuina. Las islas transmiten una sensación de calma y seguridad, y sus habitantes son conocidos por su amabilidad y espíritu acogedor. Este carácter se refleja en la palabra más habitual del idioma fiyiano: bula, que sirve como saludo, deseo de bienestar y expresión de alegría sincera.

Otra muestra del ritmo tranquilo de las islas es la expresión Fiji time, originaria de la isla de Taveuni, por donde pasa el meridiano 180, la línea internacional de cambio de fecha. Al este todavía es “ayer”; al oeste, ya es “hoy”. El tiempo aquí es flexible: llegar una o dos horas tarde no se considera un problema, porque sencillamente no hay prisa.

  • Qué no perderse: conocer la cultura de las tribus fiyianas, bucear con tiburones de arrecife y recorrer varias islas.
  • Costumbre local: una forma de expresar la felicidad en Fiyi es beber kava. Esta bebida, preparada con la raíz de una planta que según el Ministerio de Salud de Fiyi ayuda a reducir la ansiedad y favorece la relajación, se sirve en un bilo, un cuenco tallado en media cáscara de coco. Antes de beber, los invitados dan una palmada y dicen en voz alta “¡Bula!”.
  • Extra cultural: Fiyi enfrenta desafíos medioambientales reales, como la erosión costera, el deterioro de los arrecifes de coral y la contaminación por plásticos. El país ha lanzado recientemente la iniciativa Loloma Hour, durante la cual los turistas pueden dedicar 60 minutos a conocer la cultura fiyiana, limpiar manglares o plantar coral. Loloma significa un acto desinteresado lleno de amor.

11. Mongolia – cielos inmensos y espíritus indomables

Lo primero que llama la atención en Mongolia es su inmensidad. No sorprende en un país casi del tamaño de Europa Occidental con apenas tres millones de habitantes. La mitad de ellos vive en Ulán Bator, la capital y única gran metrópoli del país.

Gengis Kan es la figura más estrechamente asociada con Mongolia. Su nombre está en el aeropuerto, los billetes y las estatuas de bronce: una de ellas, de 40 metros de altura, se alza en Tsongin Boldog, a 54 kilómetros de Ulán Bator, aunque administrativamente forma parte de la capital. Viajar por Mongolia se siente más como una expedición que como una visita turística tradicional. Los visitantes se sienten atraídos por el Parque Nacional Gorkhi-Terelj, con sus acantilados de granito y campamentos nómadas; la cordillera del Altai Tavan Bogd, con sus lagos de alta montaña y glaciares; y el lago Khövsgöl, conocido como el “hermano menor del Baikal”.

Mongolia ocupa el puesto 37 en el Índice Global de Paz, junto a Suecia y Polonia. El ranking Travel Safe también le otorga una valoración favorable: los principales riesgos, como fraudes, robos o violencia armada, se consideran bajos. Las viajeras que recorran el país solas deben evitar salir de noche fuera de la capital y tener en cuenta la barrera lingüística. En Ulán Bator se habla bastante inglés, pero en las zonas rurales solo se utilizan el mongol y, en ocasiones, el ruso.

  • Ruta clásica: el festival de Naadam, la estatua de Gengis Kan, el amanecer en el desierto del Gobi y la antigua capital chinggisida, Karakorum.
  • Qué no perderse: pasar una noche en una yurta tradicional, visitar los Flaming Cliffs —una cadena montañosa de rocas anaranjadas— y conocer el lago Khövsgöl, el más profundo del país.
  • Costumbre local: en Mongolia, despedirse con la mano se considera de mala educación, ya que puede interpretarse como “no vuelvas”.

12. Islandia – fuego, hielo y total tranquilidad

El escritor y viajero estadounidense John Ross Browne, que visitó Islandia en 1865, describió Reikiavik, la capital, como “el extremo de la civilización, lleno de horribles olores a pólipos podridos y pescado seco”. Hoy, 160 años después, Islandia resulta infinitamente más atractiva para los viajeros: entre septiembre de 2024 y julio de 2025, más de 1,8 millones de turistas visitaron la isla.

Las maravillas naturales de Islandia son impresionantes en todas partes. Destacan el Parque Nacional Thingvellir, con su falla tectónica; el valle de los géiseres, y la laguna glaciar Jökulsárlón. Reikiavik ofrece un encanto distinto: en lugar de grandes plazas, palacios históricos o amplias avenidas, la ciudad es minimalista, compacta y perfecta para recorrer a pie.

El principal reto para las viajeras en solitario es el alto coste del viaje. Travel Safe considera que Islandia es muy segura en general, aunque advierte que algunos operadores turísticos, zonas de interés y taxis pueden cobrar tarifas elevadas. En el Índice Global de Paz 2025, Islandia ocupa el primer lugar.

  • Ruta clásica: el valle de los géiseres, la cascada Gullfoss y el Parque Nacional Thingvellir, cerca de Reikiavik, además de la playa Reynisfjara con su arena volcánica negra.
  • Qué no perderse: las auroras boreales en el este de Islandia (mejor entre febrero y marzo, y entre septiembre y octubre), las piscinas termales de Reikiavik y la laguna glaciar Jökulsárlón.
  • Costumbre local: el clima islandés puede cambiar con rapidez, por lo que conviene seguir las previsiones y alertas oficiales. Planifica bien el presupuesto: la comida y el transporte son más caros que la media europea.

13. Tanzania – de los atardeceres del Serengueti a las arenas de Zanzíbar

Tanzania ofrece todo lo que los viajeros buscan en África, y casi ninguno de los estereotipos habituales. El país alberga algunos de los parques de safari más grandes del continente, entre ellos el más famoso: el Serengueti, en el noroeste, donde los visitantes pueden presenciar la Gran Migración de ñus y cebras.

Otra maravilla natural es el monte Kilimanjaro, la montaña más alta de África, que inspiró uno de los relatos más conocidos de Ernest Hemingway. A pesar de sus 5.895 metros de altura, no se necesita entrenamiento profesional para subirlo. La ascensión suele durar entre seis y ocho días y atraviesa cinco zonas climáticas distintas: tierras cultivadas, selva tropical, brezal alpino, desierto de altura y, finalmente, la zona glaciar ártica.

Para unas vacaciones de playa tranquilas, muchos viajeros eligen las islas Mafia, Pemba y Tanda. Quienes buscan una combinación de calles coloniales y vida nocturna animada se dirigen a Zanzíbar, cuyo casco histórico, Stone Town, es famoso por su mezcla única de influencias árabes, indias y suajilis.

  • Ruta clásica: safaris en los parques nacionales del Serengueti, Ngorongoro y Tarangire; ascensión al Kilimanjaro; y descanso en las playas y el casco histórico de Zanzíbar.
  • Qué no perderse: la ciudad histórica de Bagamoyo, en la costa del océano Índico; el misterioso lago Natron, de aguas rojizas; y las excursiones de un día a los alrededores naturales de Arusha.
  • Costumbre local: en Tanzania, las mujeres suelen vestir coloridos pareos de algodón llamados kanga. Su rasgo distintivo son las inscripciones en suajili impresas sobre ellos: proverbios, aforismos o frases ingeniosas. Los kanga se intercambian en ocasiones especiales, y los textos que llevan suelen expresar cariño, humor o una amable ironía.

13 países para mujeres que viajan solas: resumen

País
Qué ver
Gastos semanales (mín./máx.)
Idiomas principales
Seguridad
(Índice Global de Paz 2025)
Uruguay
Mercado del Puerto, Colonia del Sacramento, barrio de Pocitos en Montevideo.
$275 – $1400
Español
52
Jordania
Petra, mar Muerto, golfo de Áqaba, Carretera del Rey.
$500
$2800
Árabe, inglés
67
Estonia
Casco antiguo de Tallin, Tartu, Parque Nacional de Soomaa, isla de Saaremaa.
$400
$2500
Estonio, inglés
24
Uzbekistán
Plaza del Registán en Samarcanda, cascos antiguos de Bujará y Jiva, Museo Savitsky en Nukus.
$30
$100
Uzbeko, ruso, inglés
60
Nueva Zelanda
Sky Tower en Auckland, faro de Castlepoint, bosque de Waipoua, Fiordland.
$411
$3100
Inglés, maorí
4
Kenia
Reserva de Maasai Mara, lago Turkana, monte Kenia, fuerte histórico de Mombasa.
$400
$2100
Suajili, inglés
122
Bután
Valle de Phobjikha, festival Paro Tsechu, monasterio Taktsang, monte Jomolhari.
$3150
$4200
Inglés
21
Camboya
Angkor Wat, Ballet Real, Siem Reap, calle Bassac en Phnom Penh.
$185
$1600
Jemer, inglés
70
Montenegro
Monasterio de Ostrog, Budva y Ulcinj, bahía de Kotor, puente Đurđevića Tara, lago Skadar.
$420
$2400
Montenegrino, inglés, ruso
42
Fiyi
Buceo con tiburones de arrecife, vacaciones de playa, ceremonias de kava.
$600
$3200
Inglés
No clasificado. Travel Safe considera los riesgos bajos.
Mongolia
Desierto del Gobi, festival Naadam, lago Khövsgöl, Karakorum.
$80
$540
Mongol, inglés
45
Islandia
Valle de los géiseres, Parque Nacional Þingvellir, laguna glaciar Jökulsárlón, auroras boreales.
$800
$4200
Islandés, inglés
1
Tanzania
Safari en Ngorongoro, Gran Migración en el Serengueti, ascenso al Kilimanjaro, playas de Zanzíbar.
El coste de los safaris y ascensiones depende del programa y la duración.
Suajili, inglés
65
Publicado el 24 Octubre 2025
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Sobre este artículo
Doris Lemnge
Doris comes from a family deeply connected to Kilimanjaro. Her father pioneered the Kilimanjaro climbing industry, leading the first expeditions for international tourists in the early '90s. Leer biografía completa
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