África sigue pareciendo, para muchos, un destino lejano o incluso intimidante, a menudo dejado de lado por miedos o ideas equivocadas. Sin embargo, el continente ofrece algo poco común: una naturaleza vasta y casi intacta, junto con una red cada vez mayor de infraestructuras pensadas para el viajero, como parques nacionales, carreteras y alojamientos cómodos. Es un momento ideal para descubrirlo por ti mismo.
Hemos preparado una selección de algunos de los lugares más fascinantes que visitar en África. No es un ranking estricto, sino una lista escogida de paisajes únicos en distintos países. Aquí encontrarás diez de los mejores parques de safari del continente. Consulta también nuestra guía sobre los países más seguros de África, elige los destinos que más te atraigan y empieza a planear una experiencia inolvidable.
Viajar a África es, ante todo, vivir un safari: recorrer en un 4x4 sabanas interminables, encontrar a los “Cinco Grandes”, presenciar la Gran Migración de ñus, observar a los leones cazando al amanecer, pasar la noche en campamentos bajo las estrellas y hacer esa foto clásica con sombrero de safari y prismáticos en la mano.
Por supuesto, un safari no es lo único que África ofrece a los viajeros. Muchos llegan al continente para admirar maravillas como el Kilimanjaro, las cataratas Victoria, las pirámides de Egipto, el desierto del Sáhara o los restos de barcos en la Costa de los Esqueletos. África también es hogar de pueblos que conservan modos de vida ancestrales de cazadores-recolectores, como los bosquimanos o los hadza. Los viajeros más curiosos quieren conocer de cerca cómo viven estas comunidades.
Además, el continente brinda una infinidad de actividades: buceo en el mar Rojo, encuentros con gorilas de montaña o vacaciones de playa en Zanzíbar o las Seychelles. Pero si lo que buscas es la emoción de un safari auténtico, no olvides incluir en tu plan los siguientes destinos.
Serengeti, Tanzania
El Parque Nacional del Serengeti ha sido nombrado Mejor Parque Nacional de África en los prestigiosos World Travel Awards durante seis años seguidos. A ello se suma su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la impresionante Gran Migración y la llegada constante de visitantes de todo el mundo. No es de extrañar que el Serengeti sea uno de los destinos más populares del continente.
El Serengeti se encuentra en África Oriental, en el norte de Tanzania, uno de los mejores países para una primera visita al continente. Ningún otro lugar reúne tal número de ñus y cebras. Leones, hienas, leopardos y cocodrilos cazan a estos herbívoros. También se pueden ver elefantes, jirafas, rinocerontes y muchos otros animales. La observación no se limita al vehículo de safari: también es posible hacerlo desde un globo aerostático.
Creado en 1940, este parque nacional conserva el espíritu del safari clásico. Permite a sus visitantes adentrarse en la África salvaje, haciendo honor a su nombre en lengua masái: siringet significa “llanuras infinitas”. Con sus 15.000 km² (5.791 mi²), siempre hay espacio para disfrutar de la fauna en tranquilidad, incluso en temporada alta.
Maasai Mara, Kenia
La Reserva Maasai Mara se encuentra junto al Serengeti, aunque al otro lado de la frontera en Kenia. Ambos espacios protegidos forman un único ecosistema y comparten millones de herbívoros que participan en la impresionante Gran Migración. Entre 2013 y 2018, antes de que el Serengeti dominara la categoría, fue el Maasai Mara quien obtuvo el título de Mejor Parque Nacional de África. No es de extrañar que se considere el destino de safari más famoso de Kenia.
De forma sorprendente, el Maasai Mara recibe casi el mismo número de visitantes que el Serengeti —unas 300.000 personas al año— a pesar de ser diez veces más pequeño que el parque tanzano. Sin embargo, la visita merece la pena. Aquí es posible ver a los “Cinco Grandes” en un solo día, encontrar con facilidad leopardos y guepardos —normalmente difíciles de observar— y disfrutar de muchos otros animales. Esta es la gran ventaja de las reservas compactas.
Parque Nacional Kruger, Sudáfrica
El Parque Kruger es uno de los más visitados de Sudáfrica y de todo el continente. Recibe alrededor de 1,5 millones de personas al año, lo que lo convierte en uno de los principales destinos turísticos de África. Su popularidad se explica por una infraestructura muy desarrollada y precios accesibles. El parque fomenta un turismo masivo, también para quienes viajan con presupuesto limitado. Se llega fácilmente por buenas carreteras y varios aeropuertos cercanos. Dentro del parque hay una amplia red de caminos, incluso asfaltados, además de una veintena de campamentos públicos y numerosos lodges. Recorrerlo resulta cómodo y agradable.
El Kruger se extiende por casi 20.000 km² (7.722 mi²). La densidad de animales es alta, por lo que en poco tiempo se pueden ver muchas especies. Uno de los formatos de visita más populares en Sudáfrica es el self-drive, es decir, recorrer el parque con tu propio coche. Si disfrutas conduciendo y organizando tu ruta de forma independiente, el Parque Nacional Kruger es ideal para ti.
Etosha, Namibia
El Parque Nacional Etosha es una de las principales atracciones de Namibia y del suroeste de África en general. Los viajeros vienen aquí para ver rinocerontes negros y tomar fotos únicas con el fondo blanco del salar. Etosha alberga una de las poblaciones más grandes de rinoceronte negro de todo el continente. El inmenso salar blanco, que da nombre al parque, es también su símbolo. En la lengua local, Etosha significa “gran lugar blanco”. Y lo es de verdad. Se trata de un lago seco que, en la estación de lluvias, se llena en parte de agua y atrae a los flamencos.
El parque ofrece la oportunidad de ver una gran variedad de fauna. Las cebras de montaña, famosas por su habilidad para trepar, recorren sus tierras. Entre los pequeños mamíferos de grandes orejas se pueden encontrar liebres de matorral, zorros del Cabo y el simpático zorro orejudo. Además de la conocida hiena manchada, Etosha es uno de los mejores lugares para observar la rara hiena parda. El parque está lleno de sorpresas y, con sus 22.000 km² (8.494 mi²), hay espacio de sobra para vivir un safari inolvidable. No es casualidad que Etosha esté entre los parques nacionales más grandes de África.
Ngorongoro, Tanzania
El Área de Conservación de Ngorongoro es uno de los destinos de safari más populares de África Oriental, y con razón. Situada cerca del ecuador, ofrece una increíble concentración de fauna en un territorio relativamente compacto. Una de sus grandes ventajas es la facilidad para ver animales sin necesidad de largas horas de recorrido por la sabana. Los leones suelen descansar al borde del camino y muchas otras especies emblemáticas se observan a poca distancia, con el imponente Cráter del Ngorongoro como telón de fondo.
El propio cráter está reconocido como una de las Siete Maravillas Naturales de África, y hace honor a ese título. Esta enorme y antigua caldera volcánica alberga una asombrosa diversidad de fauna, donde depredadores y herbívoros conviven en un ecosistema cerrado que ha evolucionado durante miles de años. Verlo en persona es imprescindible para cualquier viajero de safari. Los únicos grandes animales ausentes son las jirafas, incapaces de descender por las empinadas paredes del cráter. La buena noticia es que Ngorongoro está a solo dos horas en coche del Serengeti, lo que convierte a estos dos lugares legendarios en la combinación perfecta para una aventura de safari.

Bwindi, Uganda
El Parque Nacional del Bosque Impenetrable de Bwindi es una joya para quienes sueñan con adentrarse en las selvas montañosas de África. Aunque no está en las rutas turísticas más habituales, es un lugar muy apreciado por los amantes de la aventura y el senderismo. El parque está cubierto casi por completo de selva montañosa densa, sin carreteras para coches: aquí los safaris se hacen a pie y exigen una buena resistencia física. El nombre Impenetrable está bien puesto: el terreno es difícil, con pendientes pronunciadas cubiertas de vegetación, profundos valles y numerosos ríos. Incluso cuando se avanza entre los grandes árboles, el paso suele quedar bloqueado por bambú o helechos.
La principal razón para visitar Bwindi es observar gorilas de montaña en libertad: más de la mitad de la población mundial de estos primates en peligro vive aquí. Pero no son los únicos habitantes. También se pueden ver monos colobos blancos y negros, monos de cola roja, cercopitecos y muchas otras especies. Aves tropicales, reptiles y pequeños mamíferos completan la diversidad. Lo que distingue a Bwindi —y le ha valido ser Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO— es su extraordinaria riqueza vegetal. Entre los bosques de África Oriental, Bwindi alberga una de las mayores variedades de árboles, además de mariposas y criaturas menos conocidas de la selva. Es un paraíso no solo para quienes buscan grandes animales, sino también para quienes disfrutan de los detalles de los ecosistemas tropicales.
Hwange, Zimbabue
El Parque Nacional Hwange es el más grande de Zimbabue y uno de los ecosistemas más fascinantes del sur de África. Situado entre el desierto del Kalahari y zonas boscosas fértiles, ofrece una gran variedad de paisajes: desde sabanas abiertas hasta dunas arenosas y colinas cubiertas de bosque. El parque alberga algunas de las mayores manadas de leones de África. Los elefantes son especialmente numerosos: en la estación seca, cientos de ellos se reúnen en los abrevaderos. Estos encuentros permiten observar de cerca la vida social de los elefantes, que en la mayoría de los parques permanecen ocultos en las zonas boscosas.
Muchos viajeros llegan con la esperanza de ver al bello perro salvaje africano, una especie en peligro cuyos números disminuyen en todo el continente. Hwange es uno de los mejores lugares para avistarlo. Otra gran ventaja de este parque, el más importante de Zimbabue, es que, a pesar de su popularidad, está mucho menos concurrido que otros parques más famosos de África, lo que permite disfrutar de una verdadera sensación de naturaleza salvaje y soledad.
South Luangwa, Zambia
El Parque Nacional South Luangwa se encuentra en Zambia, cerca de la frontera con Malaui. Lo atraviesa el gran río Luangwa, que atrae a una enorme cantidad de animales. La zona es especialmente conocida por sus altas concentraciones de cocodrilos e hipopótamos. Al igual que Hwange, South Luangwa está libre de multitudes turísticas, lo que permite una experiencia más íntima y centrada en la naturaleza, algo cada vez más apreciado por quienes viajan de safari.
Además del valle del río, el parque cuenta con llanuras abiertas, bosques ricos en depredadores y lagos donde anidan muchas especies de aves. Aunque aquí se encuentran solo unas 60 especies de grandes mamíferos, es posible ver casi a todos los “Cinco Grandes”, con la excepción de los rinocerontes, cuya población local desapareció a causa de la caza furtiva.
Parque Nacional de los Volcanes, Ruanda
Este es uno de los mejores lugares de África para observar de cerca a los gorilas de montaña. ¿Por qué resultan tan fascinantes? Al igual que orangutanes y chimpancés, los gorilas son nuestros parientes biológicos más cercanos. Verlos ayuda a los científicos a comprender la evolución social humana, y para los visitantes supone un encuentro profundamente conmovedor. La investigación sobre gorilas comenzó aquí en la década de 1960, y desde entonces el turismo ha crecido de forma constante. Aun así, el parque no se siente masificado.
El parque ruandés está formado por cinco volcanes cubiertos de bosque. Además de selva tropical, hay praderas alpinas y lagos pintorescos. El Parque Nacional de los Volcanes forma parte del ecosistema de Virunga, una de las regiones más espectaculares de África. Además de gorilas, los visitantes pueden ver los raros monos dorados, búfalos, antílopes y numerosas aves. Pero para la mayoría, lo más especial es caminar por los bosques de bambú hasta llegar al hábitat de los gorilas.
Ruaha, Tanzania
Tanzania ofrece a los amantes del safari una increíble variedad de paisajes y formatos de viaje, lo que la convierte en uno de los principales destinos del continente. Además de sus conocidos parques del norte, el país cuenta con reservas remotas repartidas por su extenso territorio. Una de las más destacadas es el Parque Nacional Ruaha, en el centro de Tanzania. Con 20.000 km² (7.722 mi²), alberga grandes poblaciones de leones y miles de elefantes.
Ruaha es la esencia de la África salvaje: sabanas interminables, paisajes clásicos con acacias y baobabs, y el poderoso río Great Ruaha, lleno de cocodrilos e hipopótamos. Se puede conducir durante días por escenarios cambiantes sin dejar nunca el parque. Es un lugar ideal para quienes buscan un safari tranquilo, lejos de las multitudes. Ruaha es una de las últimas joyas ocultas del continente, donde aún se pueden vivir safaris clásicos en un entorno auténticamente indómito.
Por último, conviene recordar que África no es solo un continente inmenso y bello, sino también hogar de islas extraordinarias. La más famosa es Madagascar, célebre por su biodiversidad única: cerca del 80% de sus especies vegetales y animales no existen en ningún otro lugar del mundo. También están Seychelles y Mauricio, dos de las naciones más prósperas de África, conocidas por sus lujosas vacaciones de playa. Y aunque estos destinos son muy conocidos, el archipiélago de Zanzíbar, en Tanzania, sigue siendo una joya menos explorada que merece atención. Con sus playas vírgenes y su vibrante cultura, Zanzíbar es una elección perfecta para quienes buscan una escapada tropical.
África es un continente de una diversidad infinita y lleno de sorpresas. Lo que hemos compartido aquí es solo un punto de partida, una introducción a algunos de sus lugares más fascinantes. Sigue explorando, mantén la curiosidad y no pospongas tu aventura africana.
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